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Una flor no compite con la que se halla a su lado, ella simplemente florece, no se fija en cual de las dos brilla más por su color, ella es feliz con su ser y en su espacio. Tenemos tanto que aprender de ello, la vida no es una competencia, no debemos fijarnos en lo que los demás logran, solo alegrarnos de corazón por ello y dedicarnos a lo nuestro creciendo como individuos.