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Sin la lluvia nada crece, aprende a abrazar las tormentas de tu vida. Así como las plantas necesitan agua para crecer y florecer, tú también necesitas enfrentar los desafíos para que crezcas como individuo, porque es en los momentos más difíciles donde puedes superar tus propios límites. Cada tormenta te lleva un paso más cerca de ser una mejor versión de ti.