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Que yo te caiga mal no significa que tú me caigas mal. Tú a mí no me importas. Estás odiándome sin ninguna causa, no quiero ni tratar de entender qué te ha llevado a eso, la verdad estoy viviendo la vida a mi manera y lo que tú hagas, sientas o dejes de hacer, no me interesa en lo más mínimo. Finalmente, el daño te lo haces a ti.