Hay heridas que, en vez de abrirte la piel, terminarán por abrirte los ojos. Por mucho que en su momento te duela el alma, es mejor es lo mejor que puede suceder, despertar y no vivir en una mentira que te lastime día tras día. No le temas a esas marcas que dejan en tu ser los momentos complicados, tómalas como lecciones que te están invitando a ver claramente lo que debes y no debes hacer.