101
Cuanto más buena sea el alma de un hombre menos sospecha la maldad en los otros. Porque en su corazón la malicia es lo que menos predomina y cree que quienes le rodean, vibran con su manera de ser y de sentir; no es una persona tonta, solo que su espíritu tranquilo confía en sus semejantes y aprovecha su existencia para dar desinteresadamente y en lo posible lo mejor de sí.