Te dejé ir y regresar las veces que quisiste, porque siempre supe que al final terminaría por irme yo y así fue. Cada vez que partías, tenía la esperanza de que encontrarás lo que necesitabas y regresarás con la suficiente madurez para poder construir algo juntos, pero también comprendí que cada ida y vuelta era un paso hacia mi rotunda despedida. No fue sencillo, pero crecí y acepté que era una situación que no nos beneficia. Ahora me marcho sin guardar resentimientos ni arrepentimientos, sólo me despido con gratitud por todo lo vivido y con el deseo que te vaya muy bien en tu nuevo camino.
TE DEJÉ IR Y REGRESAR LAS VECES QUE QUISISTE, PORQUE SIEMPRE SUPE QUE AL FINAL TERMINARÍA POR IRME YO Y ASÍ FUE
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