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Si ofreciste todo lo que te fue posible y no fue suficiente, es momento de ofrecer tu ausencia, aunque te duela. A veces darlo todo no alcanza, entonces ya es tiempo de que te retires para que tengas la oportunidad de reflexionar, redescubrir tu propio valor y sanar. No estás renunciando, hiciste todo lo que estuvo a tu alcance, pero hay momentos en que le distancia es el único camino hacia el respeto propio y mutuo.