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Recurre a la oración y no sucumbas ante la preocupación. Comparte aquello que roba tu tranquilidad con Dios, cada palabra que entregues al cielo será escuchada, los caminos se abrirán y nuevas soluciones aparecerán ante ti. Ora y libérate de todas tus cargas para que le des paso a la serenidad. Hazlo de corazón para que renueves tus fuerzas.