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Qué terriblemente absurdo es estar vivo, sin el alma de tu cuerpo sin tu latido. Entiendo que ya no queda nada entre nosotros, pero no es sencillo despertar cada mañana sabiendo que ya no estoy en tus planes. Cada paso que doy me lleva hasta tu recuerdo, me dueles como el primer día y desde entonces ha sido un sinsentido seguir con mi vida.