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Que el amor de Dios siempre te acompañe y sus bendiciones nunca te falten, que ilumine cada uno de tus pensamientos y que sea tu faro guiando cada paso que debas dar, no sueltes nunca su mano, en los momentos difíciles y felices no dejes de confiar en Él, agradécele cada día de tu vida, ese milagro de despertar y deleitar una vez más la mirada con un sol cálido y resplandeciente, al lado de quienes tanto quieres.