35
Nunca te canses de orar por aquello que te duele, Dios sana hasta el corazón más triste. Dios, en su infinito amor y misericordia, escucha tus súplicas, permanece atento a ti; aunque a veces las respuestas no lleguen de manera inmediata confía en que Él está obrando a tu favor, fortaleciéndote en cada paso y guiándote hacia donde mereces estar. Mantén la confianza, háblale desde el corazón, Dios es el único que conoce lo que realmente piensas y sientes.