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No sé por qué tengo tanto miedo de perderte, si ni siquiera estás. Cada día pienso en que quizás no vale la pena seguir dedicando tiempo a una situación que me genera confusión, tu cariño y tu presencia son intermitentes, en ocasiones hablas de un futuro juntos y luego hablas de tu preciada soledad. Por nada del mundo quisiera perderte, pero al final viéndolo bien, ya no estás.