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No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. Salmo 121:3. Dios te protege de obstáculos físicos y de todo aquello que quiera entorpecer tus pensamientos y tu camino. Dios nunca se aparta de la tarea de cuidarte, así que ten la tranquilidad de sentir la protección constante del que todo lo puede.