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Aunque un ejercito acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante una guerra, yo estaré confiado. Salmo 27:3. Mantén inquebrantable tu confianza ante el amor de Dios y nada podrá doblegarte mientras estés bajo su poderosa protección, Él te guía y te favorece, dándote el doble de fuerzas para vencer en cada batalla que enfrentes.