No importa a qué te enfrentes, nunca sueltes la mano de Dios porque siempre te sostendrá será tu guía, renovará tus capacidades y te hará recordar que queda mucho por delante, no te rindas no le sueltes, no cedas ante la adversidad. De su mano has enfrentado situaciones complicadas y de su mano has alcanzado grandes logros, recuérdalo.