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Más vale una verdad que dañar a una persona por falta de sinceridad. Pon tus cartas sobre la mesa y no mientas respecto a tus verdaderos deseos, ya dependerá de quien vea tu realidad el aceptar o no lo que planteas. No es necesario engañar, habla directamente y con claridad; evita así futuras incomodidades y en lo posible no lastimes a nadie.