28
Un día acepté que ya no había nada más por hacer contigo y entonces decidí soltarte. Después de tantas batallas internas y noches de dudas, llegue a esa conclusión, porque llegue a un punto donde mis esfuerzos ya no tenían sentido y sostener lo que éramos se volvió más pesado que liberador. No fue una decisión fácil, pero al final entendí que el amor también es dejar ir y reconocer que aferrarse sólo prolonga el dolor.