Si supieras que a veces me cuesta amarme, aún sabiendo que valgo la pena. Hay días en los que al mirarme al espejo no logro ver lo que soy ni sé cómo me siento y las dudas pesan más que mis logros, entonces mi voz interna se vuelve más crítica que comprensiva. No es que desconozca mi valor, pero a veces abrazarme con ternura se convierte en un acto más difícil de lo que parece. Me esfuerzo cada día por entenderme y aceptarme para poder sanar, y aunque a veces tropiezo con mis inseguridades, sigo caminando, aprendiendo y descubriendo un poco más de mí, recordando lo que valgo, incluso cuando tiendo a olvidarlo.

SI SUPIERAS QUE A VECES ME CUESTA AMARME, AÚN SABIENDO QUE VALGO LA PENA
17