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No sé quién te hizo tanto daño, pero yo no tenía la culpa. Tal vez sin darte cuenta descargaste tu sufrimiento en mí porque necesitabas una salida y me duele mucho que tus antiguas experiencias te hayan hecho ser de esa manera conmigo. Yo nunca quise dañarte ni pasar por encima de tu ser ni de tus emociones, como quizás lo hayan hecho otros. No me queda más que desearte lo mejor y que también puedas sanar por completo cualquier herida que tengas del pasado.