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No se pide permiso para querer, nadie elige de quien se enamora, en el amor todos estamos dispuestos a perder, a arriesgarnos por una boca, un ser o por una vida entera, no importa si todo termina en fracaso porque ahí es donde se forja el alma entre aciertos de desaciertos, no hay razón que mande sobre el corazón cuando este se desboca.