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No permitas que nada ni nadie apague esa luz preciosa que Dios puso en ti. No dejes que las personas que no están felices con su vida amarguen la tuya, recuerda cada uno de tus valores y capacidades, esas que Dios te otorgó para que alcanzarás todos tus ideales, no te dejes contagiar por la negatividad de nadie, mucho menos te detengas por las dificultades.