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No permitas que nada apague la luz que Dios puso en ti. Tienes muchas razones para seguir brillando, aunque la dificultad toque tu puerta, tu resplandor la vencerá, no vayas a doblegarte ante la desesperación, no extingas la voz de tu alma y haz que lo que sientes y piensas se escuche, permanezca y brille siempre bajo la bendición de Dios.