22
No le debo respeto, ni empatía a nadie que me haya hecho daño propósito. Porque cuando eligió herirme lo hizo con plena conciencia y por eso ha perdido cualquier derecho a mi consideración. No me corresponde entender, justificar ni minimizar una acción calculada para hacerme mal. No tengo la obligación de ser noble con quien fue injusto, ni deseo sostener vínculos con quien pisoteó mi dignidad.