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No juzgues por las apariencias, por las caras duras o tristes, ni por las prendas humildes porque a veces el corazón más rico se esconde en los lugares menos sospechados, aquellos que conocen las situaciones de la vida son los que más dan sin esperar nada a cambio, poseen esa riqueza incalculable y maravillosa que puede poseer un ser humano, el amor por los demás.