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No hay belleza que brille más, que la de un buen corazón. Ese que irradia amor, empatía y compresión a todo cuánto le rodea, esa que trasciende las apariencias superficiales y se manifiesta en las acciones. no hay belleza más preciosa, que aquella de un corazón que no conoce límites ni discriminaciones y sólo deja huellas positivas en su paso por la vida.