224
No nos digamos mentiras, ni tú me mereces ni yo te necesito. Una persona indecisa y que actúa según su capricho del día, no merece que le amen ni le entreguen sin condición su alma y su corazón; tú no mereces ni un poco de mi cariño y yo no necesito que me hagan sentir que sobro o vivir con la incertidumbre de no saber si verdaderamente me quieren.