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Mi mayor cura fue que tú me dejaras, gracias por salvarme de ti. Yo no había tenido la fuerza suficiente para abandonar nuestra relación, porque te amo demasiado y lo único que deseaba era hacerte feliz, pero tristemente comencé a pasar por encima de mis sentimientos y verdaderos deseos; eso terminó llevándome al sufrimiento. Sé que tu partida me dolerá demasiado, pero también comprendo que es lo mejor para ambos.