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Hay belleza en las cenizas que quedaron de un corazón que ardió por lo que amaba, aunque no haya salido bien librado después de haberse entregado por completo, sintió, vivió y disfrutó cada latido que le provocó lo que tanto amó. De ese estado triste, gris y polvoriento, renacerá una vez más, porque hay alguien en el mundo, que lo tomará en sus manos y lo valorará de verdad, dándole todo lo que de verdad merece.