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Espero en el Señor, en él espera mi alma en su palabra tengo mi esperanza. Salmo 130:5. Porque tenemos puesta el alma en Dios tendremos la confianza y paciencia que se requieran porque él es todo poderoso y no conoce imposibles. Pondremos nuestras inquietudes delante de él y agradeceremos cada alegría que nos dé, mientras esperamos lo prometido en su palabra.