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Eres la razón por la que aún creo que existen personas buenas. Tú actúas desde la bondad y sinceridad sin esperar nada a cambio, en tus palabras y actos veo reflejada la nobleza y la autenticidad que hoy día es cada vez más difícil hallar. Gracias a ti, he vuelto a creer que hay corazones puros en algún lugar. Eres una luz preciosa que me recuerda que el bien aún existe.