33
Eras como el aire que respiraba, ahora ya no eres nada. Eras mi refugio y mi paz, tú me dabas la fuerza para seguir adelante, pero sin duda todo cambió, tus actos y tu indiferencia han desvanecido todo esa necesidad y amor que sentía por ti. No quisiste resolver tus actitudes; por más que insistí, no pude establecer una comunicación para expresarte mis inquietudes. Ya es tiempo de seguir y reconstruirme, sabiendo que no debo depender de nadie más si no de mí.