159
En la escuela de la vida, la gran maestra es la herida, y como no aprender de ella si enseña de una manera un tanto cruel y directa, no hay heridas suaves y todas tienen consecuencias; seguro te dejará cicatrices pero harán de ti un ser fuerte capaz de superar cualquier dificultad, de sobresalir y llegar más allá de lo que alguna vez pudiera haber imaginado.