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Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Salmos 147:3 Si en este preciso momento no sintieras las fuerzas necesarias ni ganas de vivir, tus expectativas estuvieran hechas polvo y sintieras que tu corazón está enfermo, sería suficiente levantar la mirada y poner tus quebrantos en manos de Dios, él sana y cuida de todos sus hijos amados, nada como su amor para renovar y fortalecer tu vida.