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El pasado nunca se marcha, le gusta esconderse en la música, en todas las calles, en los sueños que tenemos y en cada uno de nuestros recuerdos, siempre está esperando el momento perfecto para llegar a nuestra mente y sacudir con fuerza nuestro corazón, el pasado nunca se va, somos nosotros los que seguimos adelante y de vez en cuando nos detenemos a mirarle.