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El odio solo se encuentra donde no hay lugar para la inteligencia. Solo quien no sea capaz de razonar sobre la postura del otro ni entienda sus diferencias, verá nacer en su interior esa emoción humana que no aporta nada, solo crea incomodidad y va desgastando la vida, echando a la basura todas las cualidades que poseemos como seres humanos.