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El llanto podrá durar toda la noche, pero con la mañana llegará la alegría. Salmos 30:5 La angustia que a veces se apodera del corazón no es eterna, la tristeza que aparece en los momentos difíciles desaparece con el poder de la fe; cualquier temor será mínimo poniéndolo en manos de Dios, él siempre nos entrega la sabiduría y fortaleza para enfrentar cualquier dificultad que se presente.