162
El dolor nos rompe, pero también nos hace crecer, nos vuelve valientes, más capaces y adaptativos. En medio del sufrimiento descubrimos fuerzas que no sabíamos que teníamos, capacidades dormidas que sólo despiertan cuando la vida nos pone a prueba. El dolor nos arroja a lidiar con la incertidumbre, obligándonos a tomar decisiones difíciles y somos valientes al hacerlo. Poco a poco nos reinventamos, soltamos lo que no sirve, encontramos nuevos caminos incluso cuando damos todo por perdido. Al final por increíble que parezca, el dolor es un maestro que nos transforma.