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Dios te brinda bendiciones ilimitadas. Diariamente y en cada segundo de tu vida te bendice y te cuida, todo cuanto disfrutas y vives es por su gran misericordia, su amor por ti es inmenso y eso se traduce en bendiciones ilimitadas; habla con Él, transmítele lo que sientes, cuéntale tus miedos, tus sueños, confía en que te escucha y agradécele por esa infinidad de alegrías que a diario te entrega.