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Después de todas esas maravillosas capacidades que Dios te otorgó como persona, no tienes por qué sentirte insuficiente. Cree en ti, demuéstrale que no se equivocó al darte todas esas grandes virtudes, confía en cada una y ponlas en función de lo que quieres; no te detengas, tú si puedes, eres muy capaz, no sientas en ningún momento que no lo eres.