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Descansa con la confianza puesta en que Dios cuida de ti en todo momento, desde la primera luz del día hasta la primera estrella de la noche permanece contigo protegiéndote de todo mal y peligro, guiando tus pasos con su amor y sabiduría. Suelta las preocupaciones y deja atrás el estrés de la jornada que pasó, retoma tus metas e imagina todo lo que deseas lograr mientras te abraza el sueño. Dios también estará allí mientras duermes dándole tranquilidad a tu alma.