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Cuando ya no te quieren es fácil saberlo, aunque no te lo digan lo sentirás en lo más profundo y es que la indiferencia jamás pasa desapercibida. Hasta el más enamorado al final comprende que está desperdiciando latidos en alguien que no los merece, es muy difícil sostener una mentira, el desinterés a la larga no puede ocultarse.