111
Cuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino. Porque si tenemos la seguridad de qué es lo que queremos, trazaremos el camino más adecuado, avanzando seguros de nuestras capacidades; somos conscientes de nuestros sentimientos y pensamientos, asumiendo así los retos y las futuras consecuencias que se presenten.