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Con Dios nunca pierdes, con Él siempre obtienes la victoria. Si pones delante de Él tus proyectos, tus dudas, tus tristezas, tus alegrías y todo lo que sientas en el corazón, podrá guiarte por el camino adecuado y bendecirá tus talentos para que puedas abrazar en la realidad lo que sueñas y vencer cualquier dificultad que se te presente.