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Cada uno debe elegir uno de los dos dolores: el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento. La constancia, el esfuerzo y el renunciar a ciertas comodidades puede ser duro en su momento, pero a largo plazo traerá consigo grandes recompensas. Mientras que al dejar pasar oportunidades, abrazando una zona de confort que al final termina estancándote, puede dejarte un dolor más profundo y duradero, pues no se trata solamente de lo que perdiste sino por lo que pudiste haber logrado. Ambos caminos están a disposición de la vida que cada quien se quiera dar.