34
Aunque el camino se vuelva complicado, Dios permanece contigo bendiciéndote, caminando junto a ti en silencio, sosteniéndote en tus peores momentos; cuando crees que ya no puedes más, te guía y defiende de todo mal. Sus bendiciones están siempre presentes y aunque a veces no llegan como esperas, se manifiestan en tu diario vivir.