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Aquí voy, con la cabeza y el corazón rotos, pero sin hacerle daño a nadie. Sigo adelante procurando mantenerme fiel a mis valores, entiendo que mi sufrimiento no justifica herir a otros; sanaré desde el silencio en mi tiempo y según mis capacidades, no sé cuánto podrá tomarme, pero cada paso me llevará a esa victoria personal sin pasar por encima de las emociones, opiniones o acciones de otros.