156
Abrí los ojos, aún sabiendo que abrirlos, era perderte. Sabía que si veía quién eras realmente sin poner mis sentimientos de por medio, me daría cuenta de que no eras la persona que yo idealizaba, porque descubriría la triste verdad acerca de tu manipulación y egoísmo. No puedo negar que te amé con el alma, pero no puedo seguir permitiendo que me sigas haciendo tanto mal.