Anímate y vuelve a ser tú, esa persona que no esperaba un mensaje de nadie para ser feliz. Recuerda esos momentos tranquilos donde no dependías de la atención de nadie para sentir felicidad; eres una persona muy valiosa, date el valor que te mereces, ámate como lo hacías antes, reinvéntate y no te amargues por nadie.