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Vamos despacio porque vamos lejos. No hay prisa, porque ahora estamos aprendiendo el uno del otro, conociéndonos de verdad, compartiendo y disfrutando momentos de calidad, sin preocuparnos por un futuro que aún desconocemos, alimentando a diario este amor con sinceridad e inmenso cariño; siendo conscientes de que lo que queremos es algo firme y duradero, sin afanes porque lo que tú y yo queremos es llegar muy lejos.