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Te extraño, pero no te puedo bajar del cielo. Es inevitable mirar el horizonte y no buscar una señal tuya, una brisa que me brinde una caricia como lo hacían tus brazos o el reflejo de una estrella que brille más fuerte que tu bella mirada. Tu ausencia duele como el primer día, cada palabra tuya quedó grabada en mi alma, junto a todos los recuerdos que construimos juntos. Aunque no pueda traerte de vuelta, llevo todo tu cariño conmigo en cada paso que doy y sé que de algun modo sigues a mi lado, guiándome desde lo alto.